Recientemente, hemos sabido que Australia está más cerca de lograr un hito en la historia de la Sanidad: reducir a enfermedad rara el cáncer de cuello de útero.
De acuerdo con los datos de la OMS, el 99 % de los casos de este tipo de cáncer están directamente relacionados con el Virus del Papiloma Humano (VPH), cuya vacunación únicamente protege frente a los 4 tipos de virus más virulentos. Del mismo modo, 9 de cada 10 casos se producen en países en desarrollo, en los que el acceso a la vacuna es prácticamente nulo.
En 2007, el Ministerio de Sanidad australiano comenzó a vacunar a todas las niñas del VPH y después a los niños. Con esta medida, lograron alcanzar una asombrosa media: 7 casos sobre 100, la mitad del ratio mundial. No en vano, las autoridades australianas se han propuesto no superar los 6 casos sobre 100 para el año 2022, lo que equivaldría a categorizar el cáncer de cuello de útero como enfermedad rara.
De proseguir con esta tendencia, Australia se convertirá en 2035 en el primer país del mundo que logra erradicar esta modalidad de cáncer.
En este sentido, además de la vacuna, el gobierno australiano ha implantado un Plan Nacional de chequeos obligatorios a todas las jóvenes de 25 años. Esta necesaria medida de prevención es acompañada del correspondiente seguimiento durante 5 años.
Sobra decir que, para los que no habitamos en el país de los canguros, el uso de preservativos y las consultas a ginecólogos o andrólogos, más si cabe si detectamos cualquier anormalidad, son la forma más sencilla y sensata de protegernos frente el amplio espectro de enfermedades de transmisión sexual. Un apartado al que no prestamos la importancia que tiene, porque muchas veces, el avance de la patología es asintomático. Sin embargo, cada hora se detecta un nuevo caso en nuestro país.
